miércoles, 18 de agosto de 2010

Verano de 1989 " Un nuevo alumno "

Por la mañana me levante muy temprano, al llegar a la escuela el maestro Bravo 
me  facilito una tabla imprimada con pintura de pared para que realizara mi primer 
ejercicio,  unos días antes tuve que robarle a mi madre un estuche con óleos que 
ella solía utilizar para pintarse los cuadros de su casa, la verdad es que ella tenia 
facilidad para el dibujo y no lo hacia nada mal. 























Cuando eres el nuevo en una escuela te sientes observado, además yo era simple-
mente un oyente en el aula de primer año.  Mis compañeros eran agradables
pero  cuando fueron pasando los días me di cuenta de que solo se divertían y no ne-
cesariamente con la Pintura, era como si no les importase lo que estaban haciendo,
por esa razón me inquietaban tanto los semestres superiores. 
 Al salón de los semestres superiores lograba colarme de vez en cuando ya que
no se me permitía estar en el,  yo sentía que mi sitio era con ellos pues los veía con-
centrados, recuerdo que estaban pintando una naturaleza muerta con coles moradas y me llamaba la atención por ejemplo como pintaba Yanira Bustamante con mucha materia y espátulas y esos cuadros surrealistas de Gustavo Correa.














Un buen ejercicio para empezar una pintura es copiar un modelo vivo o inanima-
do, el vivo te vas dando cuenta poco a poco de que representa problemas muy 
serios de ejecución, ocurre lo mismo con el inanimado pero con este tienes la
ventaja de que esta inmóvil así que puedes copiarlo todo el tiempo que quieras,
y precisamente eso fue lo que hice.     
Me obsesione en copiar los objetos que nos había puesto como modelo el
maestro Bravo y me convertí en un ser hermetico cuando pintaba, trate de poner en practica toda la enseñanza que me proporcionaba una enciclopedia de pintura que había comprado en abonos cuando aun trabajaba como rotulista en "la soriana" un centro comercial muy popular en Durango,  mi ídolo fue siempre "Vermeer", desde que vi una primera ilustración de sus pinturas el mundo dejo de girar.


" El arte de pintar " Jan Vermeer 1667





















De vuelta a tierra firme, un día termine ese primer cuadro, había gente que burlo-
namente me decía que ya lo acabara, y también había otros que me hacían buenos
comentarios, el resultado de aquel trabajo me agoto y también creo que se empezó
a definir mi personalidad de no estar satisfecho nunca, algo mas que también empe-
cé a nota era que la enseñanza no debía ser nada sencilla, sobre todo cuando el que
te enseña no hace realismo por ejemplo el maestro Bravo no lo hacia, Pero no lo
hacia nadie, en la escuela no había una academia para este estilo.
Bravo me explicaba y sugería observaciones que solo un pintor experimentado
sabe,  lamentablemente y desde mi particular punto de vista no todos los buenos
pintores saben enseñar con un lenguaje sencillo y yo era un novato así que no en-
tendi su lenguaje sofisticado durante algún tiempo, el verano de 1989 se estaba 
terminando y por fin yo me pude inscribir en la escuela y asistir a las demás clases
practicas como el dibujo y el modelado, además surgió algo inesperado,  mi hermano Oscar también ingreso conmigo al primer semestre.




 

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